30 de enero de 2014

Espejo de belleza

Perfección e imperfección se mantienen en constante balance. La posibilidad de la escritura, de abstraer sonidos en notas, la de una música sin música, ofrece un espacio donde se separa un discurso ideal contra la realidad instrumental. El que esta realidad sea irrepetible -de instrumentista a instrumentista y de un momento a otro- remarca la distinción entre la vida de una obra en su escritura y en su ejecución, y nos devuelve la noción de que en la música no hay originales, sólo copias. En ese sentido, el arte y oficio de los maestros consiste en mantener el equilibrio entre una vida y la otra, y que este equilibrio sea espejo de belleza.

De Historia mínima de la música en Occidente, un libro de Raúl Zambrano (maravilloso) publicado en 2013.